EL FUEGO Y LOS TAMBORES
(La pervivencia en nuestra cultura
Judeo-Cristiana de ciertas prácticas animistas)
En la zona templada de la Tierra
podemos dividir el año en dos ciclos. El ciclo de la vida y el ciclo de la muerte.
El ciclo de la vida comienza nada más acabar el otoño con el solsticio de
invierno. Desde aproximadamente el día 21 de diciembre (el 25 nace Jesucristo)
el sol comienza a elevarse lentamente sobre el horizonte y los días cada vez
son más largos y las noches más cortas. Los romanos, comenzaban el año en los Idus
de Marzo, cuando la naturaleza ya había despertado, ya existía la promesa
cierta de los frutos de la tierra.
En un principio las creencias del hombre primitivo eran animistas (El animismo es un concepto que engloba diversas creencias en las que tanto objetos como cualquier elemento del mundo natural están dotados de movimiento, vida, alma o consciencia propia), esto es así en nuestra cultura hasta que Moisés (un gran ideólogo/teólogo) cambia radicalmente el pensamiento animista del pueblo judío procedente de la zona del Indostán, por la creencia revelada. Sin embargo dentro de la nueva religión pervivirán elementos de la primitiva religión animista.
Hay dos ritos que conservamos de las
religiones animistas y que están profundamente enraizados en el pueblo: el
FUEGO y los TAMBORES.
Bajo la premisa de que la tierra era
un ser vivo y que durante el invierno estaba dormida, (solamente había que ver a
las plantas despojadas de sus hojas o simplemente sin vegetar en las de hoja perenne), había que despertarla forzosamente, estaba en juego la supervivencia de la tribu. Para despertarla nada
mejor que el fuego y de ahí, la cultura del fuego. También hay otra forma de
despertar a la tierra y es golpearla con un bastón, con un palo, con una piedra, con las plantas de los pies...
Las fallas de Valencia son un ejemplo
completo: arden las hogueras y se lanzan petardos contra el suelo. Calanda (Te)
es otro ejemplo de la pervivencia de este rito animista que milagrosamente se
ha conservado y que se extiende ahora por muchas zonas de España. Golpear una
piel de animal en la forma de tambor es la forma moderna de golpear la tierra con
un palo o con los pies (se practica todavía en las religiones animistas
africanas y amerindias).
Además, al fuego, se le ha otorgado
un poder purificador en todas las culturas. Por este poder otorgado (la luz y el calor son propiedades del fuego), muchas
veces se ha confundido un rito con otro que no lo es. Cuando la Iglesia Católica quemaba libros prohibidos, el fuego no tenía el significado
antropológico del animismo, sino represivo de la nueva religión revelada.
No es casualidad que las fiestas del
FUEGO o del TAMBOR se celebren desde
diciembre (Navidad) hasta junio (San Juan). Poniendo de esta forma fin a una parte del ciclo
vital del año, EL CICLO DE LA VIDA.
En nuestra religión no sabemos cuando
murió Jesús, pero la Iglesia coloca su muerte, pero, sobre todo la RESURRECCIÓN
(es lo fundamental), en el periodo del ciclo de la vida, en plena primavera.
Dios RESUCITA en pleno ciclo de la VIDA.
Y... Santas Pascuas...