DESPERTA TERRA
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Así ha sido desde los orígenes de la tierra. Duerme
la tierra y el hombre trata de despertarla. Coge un palo y golpea el suelo.
Frota el pedernal y enciende una hoguera. Repite el rito una y otra vez con
esperanza. Poco a poco el sol se alza sobre el horizonte, calienta la tierra y
resurge la primera brizna de hierba. Año tras años, siglos tras siglo, el mismo
rito se repite. Ahora que la mayor parte de la población se ha hecho urbana ya
nadie sabe el por qué de las hogueras festivas (San Antón, San Sebastián, San
Valero…) y de los tambores de la Semana Santa. En el ciclo de la vida todo es
fuego y estruendo. Es necesario que la tierra despierte y que la vida continúe.
Es una exigencia vital. El calor es la clave. El golpe sonoro, el aviso. Es
como el grito de los almogávares: Desperta Ferro. El hombre de las latitudes
templadas de la tierra reclama: Desperta Terra.