Vistas de página en total

miércoles, 12 de junio de 2019

Junio2019/Miscelánea. ¿PARA QUÉ UN EJÉRCITO?


Rafael de Riego (1785-1823)

 El 1 de enero de 1820, Rafael del Riego, un general asturiano que esperaba en Las Cabezas de San Juan para embarcar con su batallón al día siguiente hacia las Américas, donde los independentistas de aquellas colonias colombinas se ilusionaban con romper definitivamente con la Madre España, se rebeló contra todos los designios, los suyos y los de su país, y le dio la vuelta a su ruta y a la Historia de España. Ahí empezó la Edad Contemporánea española.Y ocurrió en Las Cabezas de San Juan. (El Correo de Andalucía)
****
LOS LIBERALES Y EL EJÉRCITO
*
El ejército español ha pasado de ser real, a ser popular y, finalmente, profesional. Todo ello en el transito que va del siglo XVIII al XXI. El ejército representa más que ninguna otra institución al ESTADO. Es un instrumento de fuerza y su misión es mantener la paz mediante la intermediación o la disuasión.
Con la caída de la monarquía absoluta se inicia un largo proceso para transformar el ejército español, proceso que no culminará hasta que el presidente Aznar suprima la “mili” (1 de enero de 2002). Sabiendo que Aznar es un liberal, es de comprender las razones históricas que pesaron en tan significativo acto e hito histórico (un liberal acaba con el ejercito liberal). A partir de entonces (de Aznar) el ejercito será “profesional” y no de levas.
En el siglo XIX  se produce la verdadera transformación del ejército y, casi siempre, esta transformación surge desde dentro de las filas del propio cuerpo armado. En el siglo XIX surge también la Guardia Civil.
Se entenderá el proceso si entendemos lo que fue la Guerra de la Independencia  y, posteriormente, uno de sus primeros síntomas del cambio: el levantamiento del general Riego (1785-1823) en Cabezas de San Juan (año 1820). Ya en el siglo XX, uno de los episodios más significativos tiene lugar con ocasión de La Semana Trágica de Barcelona, el 2 de agosto de 1909.
A los españoles de a pie, a los soldados de reemplazo, les interesaba bien poco las guerras de América y posteriormente la guerra de Marruecos. Luego, constataban la gran injusticia que representaba que los pobres tuvieran que hacer el servicio militar mientras que, los nobles y ricos, pudiesen librarse mediante el pago de una cantidad de dinero.
A lo largo del siglo XIX cambiaron las exenciones, originalmente hidalgos estaban exentos, así como vascos e hijos de familias pudientes, estos últimos cuando pagaban por un sustituto o una redención en metálico. El servicio militar forzoso podía durar ocho o diez años y hubo varias revueltas para protestar contra los sorteos y las exenciones.
La última guerra colonial española en América, la guerra de Cuba,  entre 1895 y 1998, puso de manifiesto el interés de la burguesía liberal y la Corona en este tipo de conflictos. Ahora ya no se trataba de extraer recursos de aquellos grandes territorios sino de los beneficios que producía la guerra en sí.
El mantenimiento de una guerra de forma permanente en la que los soldados salían gratis,  la sangre derramada  lo era en el Sacrosanto  Altar de la Patria y los beneficios se obtenían de la gran cantidad de suministros que en grandes proporciones demandaba una guerra de desgaste inacabable, creó una gran crispación en el pueblo español.
Alfonso XIII se jugó su corona en la guerra de África y el pueblo decía: El rey se hace rico a costa de la sangre del pueblo.
Pero, aún tuvo que pasar todo el siglo XX para que el ejército de levas fuera suprimido y hubo que llegar a principios del siglo XXI. También es cierto que el socialismo español era reticente a cambiar las cosas, pues, el ejército durante estos dos últimos siglos había sido en gran medida un ejército revolucionario, ya que estaba integrado por el mismo pueblo español.
***

**

*