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domingo, 24 de febrero de 2019

Febrero2019/Miscelánea. OLOCAU DEL REY (ENTRE ARAGÓN Y VALENCIA) UN BRAGUERO DE CASTIDAD.


OLOCAU DEL REY
(Castellón)
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Entre Bordón y Mirambel o, también, entre Bordón y Tronchón se encuentra Olocau del Rey. Se trata de un pueblo a caballo entre Aragón y Valencia que por diversas circunstancias históricas es de habla vernácula española y ha poseído instituciones administrativas aragonesas.
Como todo el mundo conoce, los reyes de Aragón crearon en la frontera con los musulmanes (en la extremadura aragonesa) una serie de Comunidades. Se trataba de crear núcleos “fuertes” en población y defensa capaces de ayudar en la conquista y repoblación. Son ejemplo de lo que decimos: Calatayud, Daroca, Albarracín y Teruel. De esta forma se denominaba, por ejemplo: “Teruel y su comunidad de Aldeas”, a la Comunidad de Teruel y, así, todas las demás. Las aldeas eran tributarias de Teruel y eso creó muchos problemas.
En la parte oriental del reino de Aragón y de cara a la conquista de Valencia los reyes, en particular (Jaime I), creó una entidad de la misma categoría pero sin denominarla Comunidad. A tal fin designó una cabecera: Morella, y una serie de aldeas que le eran tributarias. Entre esas aldeas se encontraba Olocau del rey, que llevó muy mal el asunto y no descansó hasta recuperar su independencia y su organización administrativa propia, que creo que fue ya, con Carlos II, y a cambio de una importante suma de dinero.
Olocau del Rey es, hoy, un pueblo muy bien arreglado y todo ello, no es gracias a ningún privilegio real, sino a los aerogeneradores de energía eléctrica que se han instalado en su término municipal. Por esa razón, después de recuperar y arreglar su patrimonio han puesto una guía que enseña a los turistas, su historia y su patrimonio.
 En el centro de interpretación del pueblo tienen colocados maniquíes con indumentaria de la época templaria, sanjuanista etc., etc. Llama, sin embargo, la atención de los visitantes un cinturón de castidad confeccionado para los “freires guerreros” y, todo ello, a pesar de estar situado junto a un cinturón de castidad femenino. 
Al parecer, el abad, el prior o el maestre, es decir la autoridad eclesiástica de turno, colocaban al guerrero que había hecho votos de castidad, semejante artefacto, cuando marchaba a la guerra.
La cosa vale como anécdota pero, es difícil creer que una persona caminara o cabalgara mucho tiempo con semejante  artefacto de hierro colocado.
Por el contrario, bien pudiera ser que la cosa se volviera a poner de moda si, el Vaticano, sigue sin poder controlar a sus “mesnadas”. Que conste que esto es solamente una propuesta jocosa.
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