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jueves, 22 de marzo de 2018

Marzo2018/Miscelánea. ¡ ALERTA TUROLENSES !

Teruel, 15 de febrero de 1932
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Nunca más volvieron las obras a esta línea
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Es necesaria la movilización permanente.
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LÍNEAS ROJAS

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Uno de los momentos más significativos en los últimos tiempos de la política aragonesa fue aquel en que Montoro nos pidió devolver el dinero del FITE no invertido, por caducar el plazo para el fin a que habían sido concedidos. ¡Un antes y un después! Hubo que solicitar prórroga a la vista de la situación de Teruel y la razón de la concesión de tales partidas presupuestarias. Es fácil la tarea de la oposición, pero no lo es tanto cuando se está en el Gobierno. No es lo mismo prometer hospitales que construirlos…
La sociedad, en su conjunto, constata desde hace muchos años y con diferentes regímenes políticos (monarquía o república) la poca eficacia de los diferentes Gobiernos. No estar a la altura de las circunstancias. Crear entramados administrativos en los que se “pierden” los expedientes. No estar atento a la legislación y sus trabas (un sinfín de expedientes de impactos, de todo tipo). El no poder disponer de dinero si no está aprobado administrativamente… y un largo etcétera juegan a favor de que los plazos se alarguen y las obras se eternicen. Si todo esto no fuera poco, llega la presión social y dice que el dinero hay que meterlo en temas sociales y la obra pública debe pararse (¿sine die?)
El resultado de este caos político-administrativo ha sido el que en Teruel haya cada día más pobres, pero, más pobres incomunicados. Malas carretas, malos trenes, mala telefonía móvil, y en la mayor parte del territorio nulo acceso a Internet.
La solución a este estado de cosas está en la movilización de la Sociedad Civil. Pero, Sociedad Civil, como tal, si exceptuamos a Teruel por su nutrido grupo de funcionarios, no hay en la provincia. Aquí nos tenemos que “agarrar” a Teruel Existe como plataforma que pueda meter presión a las distintas administraciones.
Ferrocarril, carretas y, hoy por hoy, plantearse nuevas autovías parece un sueño. Con todo, la movilización social es fundamental. Si no lo hacemos veremos que sucede, como en el titula del EL TURIA, más cierres… si hay algo que quede por cerrar.
El ferrocarril es una línea roja que los turolenses no deben dejar pisar. Si acaso sucediera y la opinión pública callase, el temido fin, estaría asegurado.
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