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lunes, 19 de enero de 2015

Enero2015/Miscelánea. ESTADO ISLÁMICO: "HAY QUE PARARLO" (PAPA FRANCISCO)

LA  YIHAD
Los Estados teocráticos de corte islamista ocasionan, con sus atentados terroristas, un grave impacto en la sociedad occidental, un retroceso en el avance de la civilización humana y un riesgo inmediato de pérdida de las cotas alcanzadas para el logro de una sociedad más libre y democrática.
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Nos produce una gran depresión oír esta palabra (Yihad-Gerra Santa). A la vez, nos causa un gran temor. Nos retrotrae a los periodos más oscuros de nuestra historia medieval. Parece, porque lo sentimos, que la lucha por las libertades de pensamiento y de expresión están de nuevo amenazadas: una amenaza, ahora, a punta de pistola, a ráfaga de fusil… a golpe de terror. Si una religión asume que el “infiel” debe ser destruido. Si una religión asume la “Guerra Santa”,  esa religión y esos “¿sacerdotes?” que tal predican deben ser parados y delimitados.  No es aceptable, en una sociedad moderna, el sometimiento del individuo a una religión, ni establecer  límites en su expresión (sólo una ley civil, constitucional y democrática, debe limitar).
Traemos aquí de nuevo a colación a Miguel Servet, que luchó por la libertad de pensamiento y expresión dentro de la religión Católica, dando ejemplo de templanza y valentía. Sin embargo y, muchos siglos más tarde, no vemos lo mismo en el Islam. No conocemos ni se muestran ejemplos de “librepensadores” dentro de la religión musulmana. No encontramos minorías que se revelen contra ese orden cerrado y monolítico. No hay luz, no hay singularidades, siquiera, que se atrevan a levantar la voz. Todo ello nos causa gran pena y unas predicciones de futuro altamente preocupantes.
¿Cómo nos gustaría que fueran las cosas? Evidentemente de otra forma. Nos gustaría que los musulmanes que viven en Europa  y disfrutan de nuestro régimen de libertades dieran la batalla y levantaran la voz contra la opresión de una religión que anula la libertad de muchos individuos, que sojuzga a las mujeres, y que les anula su personalidad con el ignominioso burca. Que las minorías intelectuales musulmanas (si es que las hay) se manifestaran en Europa en defensa de la libertad de pensamiento y de expresión y que hicieran frente, unidos a los demás europeos, a esta suerte de atavismo que es la Yihad.
Mientras estas minorías, punta de lanza de un nuevo orden, no levanten la voz, no habrá luz al final del camino. Recuerdo el franquismo y el papel tan importante de las minorías intelectuales. Intelectuales reunidos en París, edición de libros, la colección “Ruedo Ibérico”, etc., etc. La propaganda y toma de conciencia sobre un DERECHO básico para el hombre: LA LIBERTAD DE PENSAMIENTO Y DE EXPRESIÓN.
Salman Rushdie es sólo un ejemplo y no muy acertado, de lo que debería ser un análisis, racional y crítico de la religión islámica. Este escritor tomó fama, no por la profundidad de su crítica sino porque, el 14 de febrero de 1989, el ayatolá Jomeini proclama una fatwa, instando a la población musulmana a ejecutar a cualquier persona relacionada con la publicación del libro.
Si a principios del siglo XXI admitimos, consentimos o excusamos que en cualquier parte del mundo, alguien pueda ser EJECUTADO por su forma de pensar, nuestra civilización está perdida.
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