PARADA Y FONDA
El pan es el alimento básico de
los pueblos. Con pan y vino se hace camino. Son pues, innumerables los
refranes, dichos y sentencias sobre el pan. Para que haya pan es necesario el molino.
Varios autores señalan y entre ellos Rubén Sáez que el acueducto romano de
Albarracín-Cella tenía como misión crear la energía potencial necesaria para
moler el trigo. Pasado Monreal del Campo el Jiloca era avenado para sacarle
todo su jugo: batanes, molinos, lavaderos, molinos de luz, fábricas de mantas,
trapos, bayetas, riego, agua para las máquinas de vapor…. Hubo una época en que
el Jiloca se puso estupendo con un movimiento económico importante (el Ferrocarril Central de Aragón) como así lo
demuestran las enormes casonas-palacio que todavía perviven. Ahora es necesario
poner el mantel y calzarse las zapatillas para recorres caminos y veredas. El
Jiloca es un hermoso río. El Molino Viejo es un lugar muy bien diseñado y de
agradable trato y estancia. Volver de vez en cuando a los piales y a los
garbanzos con abadejo es gratificante para el urbanita. Hemos visto mucha gente,
merodeando el molino, a calcetín suelto y a pedal calado. Es bueno y que cunda.
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