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domingo, 21 de octubre de 2012

Octubre2012/Miscelánea. EL CENTINELA DE ARAGÓN

COMENTARIO PREVIO
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Podemos decir, sin equivocarnos en lo más mínimo, que Víctor Santos Pruneda Soriano ha sido el más grande de los revolucionarios turolenses de la época del liberalismo español. Era gallego y conforme a los tiempos que le tocaron vivir, un romántico. Paró la diligencia en El Poyo del Cid y se quedó de maestro y secretario del Ayuntamiento en una tierra acosada por el Carlismo. Pasó luego a Teruel  donde fue alcalde, se casó y está enterrado en nuestro cementerio. Del lugar de su tumba hemos publicado fotos en este blog. Pruneda creía firmemente en la instrucción,  la cultura y la información como armas para liberar al hombre de los atavismos ideológicos. Se embarcó en 1841, sin dudarlo un momento, en esta empresa de comunicación. Su hijo escribiría, después, la Crónica de las Provincias de Teruel y Cuenca (1866). Modernamente (siglo XX) han escrito con su pseudónimo, en el Diario de Teruel, historiadores como Eloy Fernández Clemente y yo mismo. Se ha escrito un libro con su vida y se le ha dedicado una calle en nuestra ciudad. Este prospecto que ahora trascribimos está lleno, desde la perspectiva actual, de ingenuidad y una enorme pulsión revolucionaria. Una revolución basada en la tinta y el papel. Una revolución del conocimiento. Precisamente, si se lee atentamente a su hijo Pedro, se verá la enorme formación cultural que le proporcionó su padre. Resumiendo, si los Carlistas hacían la contrarrevolución con el fusil, Pruneda la hacía con la imprenta. Pruneda ganó, y ahora, todos quieren hacerse herederos de aquel movimiento tan romántico y tan fantástico. ¡Que nadie herede por su cuenta a Pruneda! Pruneda es patrimonio de todos los turolenses. A continuación trascribimos el texto del pasquín con el que anuncia la salida del periódico titulado: El Centinela de Aragón. Su lectura será de mucho provecho para el turolense preocupado por los problemas de la sociedad actual.
Para ver la tumba de Pruneda pinchar en la siguiente dirección:
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PROSPECTO
“La libertad de imprenta es el poder más fuerte y benéfico de la sociedad moderna, el numen de los pueblos cultos, el más poderoso vehículo del saber humano.
El derecho de ejercerla libremente ha sido conquistado en Europa a costa de inauditos esfuerzos; y como sea el anatema de los tiranos, no han dejado estos de perseguirla hasta el día con más o menos encarnizamiento: algunas veces han logrado sofocarla; alguna vez ha sido desafiado su poder, y del resultado de ese duelo tan singular, responde la historia de Carlos 10 y de su proscrita dinastía.
Con trabas que la mellan gravemente, está reconocida en nuestra España; y en tanto no desaparezca el código fundamental, podemos y debemos ejercerla, apoyados en su artículos 2º, y en la fuerza omnipotente de la opinión pública.
El vasto reyno de Aragón, carece de un órgano fiel de su siempre acreditado patriotismo, de una bandera en la cual aparezca gravado con eternos caracteres el fecundo principio de la Soberanía Nacional; de un periódico  en fin que con decidida y firme voluntad le defienda a todas horas sin rodeos, sin ambages, sin cortapisas de ninguna especie. A la sombra de aquel gran principio nace el Centinela, y responde desde ahora ante la imagen venerada de la Patria, ser fiel y consecuente en toda su carrera.
El Centinela no olvidará jamás que va a escribir para los hijos del país clásico de la Libertad; y sus lamentos de terrible indignación contra los actos absolutos y arbitrarios, la vehemencia con que se propone defender los salvadores principios de reforma y de progreso, la firmeza que ostentará en todos sus actos periodísticos, revelarán al lector que anhela merecer el honroso título de “Eco del pueblo aragonés”.
Sus redactores, demasiado jóvenes todavía, no han podido ser espectadores siempre del largo y terrible drama salpicado de nobles esperanzas y de sangre, que se han representado en los últimos treinta años; pero sí han sido testigos y actores a veces, de las últimas fases de la revolución que se desarrolla. No son fatalistas a pesar de tanto padecer: han visto en esta sublime lucha de la justicia social contra el capricho de los reyes, de la libertad contra la tiranía, una tempestad sangrienta que ha pasado sobre sus cabezas, destruyendo los hombres y las cosas, no sin provecho para la civilización, pero sin ningún resultado positivo y útil para las macilentas y rechazadas masas.
Verdad es que se ha hecho poco, muy poco, para tanto esfuerzo; verdad es que hemos visto con los colores en ele rostro, y la escandente indignación en nuestros pechos, desbaratadas, malogradas y marcadas con el sello de estólida reprobación, innumerables tentativas, más o menos filosóficas, más o menos adecuadas para mejorar la poca halagüeña condición del pueblo; pero al través de tanta indignidad, y tan duras lecciones de amargo desengaño, conservamos integras todavía nuestras robustas esperanzas, fiados en el exacto cumplimiento de las promesas de la civilización.
Si, la libertad tal cual nosotros la entendemos; la libertad por la cual pereció el malogrado Torrijos y tantos otros dignos españoles; la libertad sacrosanta por la cual se ha derramado tanta sangre en nuestra patria, especialmente en la última campaña contra el imbécil Borbón, se consolidará muy pronto y para siempre, con el valor de todos aquellos que sientan latir en su pecho un corazón hidalgo y liberal. Han profundizado sus raíces demasiado, para que puedan fracasar.
Vigilancia, ánimo y firmeza es lo que ahora necesitamos más que nunca. Libertad o muerte sea el grito general del pueblo, y el pueblo hundirá en el polvo la bandera de rebelión ominosa que acaba de alzarse por segunda vez en esa desventurada Navarra.
El Centinela tendrá al corriente a sus lectores de los progresos o decadencias de esa acción impía, que nos vendiera palabras de orden y paz, procurando arrullarnos de esta manera, para con más seguridad hundir en nuestro seno el aguzado puñal de infanda tiranía.
Fuera contemplaciones, fuera timidez, fuera traidores do quiera se presenten; no sea que se renueven las pasadas escenas que todavía no han cesado de agitar nuestra memoria, ni de lastimar el corazón despedazado. Haya por Dios, tino, previsión y actividad: repítanse las muestras de cívico valor por todos los patriotas, y nada, nada habrá entonces que temer. Si así se produjese, poco importa el triste estado que hoy presenta la nación amenazada por sus más pérfidos enemigos. La impresión y la torpeza han debido producir estos resultados, pero las pandillas por más famosas que sean, no salvan las naciones acosadas por la tiranía; y al estrellarse en su funesta ambición, natural nos parece que la crisis se embravezca.
En casos tales es precisamente cuando el peligro reanima el ánimo de los libres; saben estos demasiado bien, que los pueblos elevan sus instituciones sobre grandes sacudimientos, a la manera misma que planta sus banderas sobre las ciudades conquistadas; y que después de muchas pruebas, después de costosos y repetidos esfuerzos, llega por el fin el anhelado día del triunfo.
Hemos sembrado para recoger: un poco más de perseverancia y fe, y cogeremos el sazonado fruto.
El Centinela, tomará a su cargo con la mayor asiduidad y atención, el hacer germinar entre sus lectores las virtudes sociales, las cualidades inherentes a los hombres libres; y los inmensos sacrificios, el desinterés, la abnegación personal de todos para conseguir el fin apetecido. Los Redactores no tienen el vicio o la humorada de ver todas las cosas de color de rosa. Conocen la profunda exactitud de aquel refrán que dice “Lo que mucho vale mucho cuesta”, y saben en fin que las simpatías y votos y las palabras de esperanza lanzadas desde el alto solio del poder, se desvanecen como el humo, y la realidad aparece entonces más sombría e insoportable. El cabal conocimiento de los derechos y deberes del hombre, para hacer respetar aquellos, y para llenar estos; el conducirle por la senda de la dignidad y la virtud, es enseñanza útil y necesaria, y ella será el norte de nuestros pensamientos en la noble tarea que emprendemos.
Respetamos y obedecemos, como es debido la Constitución vigente, y no permitiremos que se infrinja bajo ningún pretexto por plausible que parezca. En nuestros principios el pueblo soberano es el único competente para modificarla o sustituirla con otra, y sólo a éste rendiremos acatamiento y homenaje. El Centinela santifica la revolución; proscribe la sedición y los motines.
La autoridades tendrán en nosotros un argos siempre inactiva vigilancia para observar su conducta; y si fuese ajustada a la ley, no hallarán ciertamente encomiadores, porque gustamos poco de alabanzas que frecuentemente trastornan el juicio, pero que en cambio daremos testimonio de su rectitud y justificación toda vez que lo juzguemos conveniente. Contra las que se desvíen de su deber, y contra las que por desidia no lo llamen, seremos inexorables.
Los pueblos tendrán siempre en nosotros sus más adictos y sinceros defensores. Podrán dirigirnos sus quejas de palabra y por escrito, contra cualquiera autoridad de quien reciban agravio, seguros de que siendo justas, serán denunciadas en el periódico, y anatomizada la conducta del que diere lugar a ellas.
Siempre que las materias políticas dejen campo libre, se amenizará la lectura con algunas producciones literarias; pero sin descuidar en nada el objeto principal de que nuestros lectores no carezcan de las noticias más interesantes extraídas de los periódicos de la Corte.
Se insertarán todas las reales órdenes y decretos cuto conocimiento pueda interesar a los pueblos, y de las demás se hará un extracto sucinto y claro.
Se publicarán los precios del grano del almudí, y el movimiento comercial.
Este periódico principiará a publicarse desde 1º de diciembre próximo, de la misma letra y en pliego del tamaño del prospecto.  Saldrá todos los días excepto los domingos.
Los comunicados de interés general se insertarán gratis; los demás a precios convencionales, dirigiéndose unos y otros a la dirección francos de porte.
Se suscribe en Teruel en la librería de D. Anselmo Zarzoso a 8 reales por mes, llevando a casa de los señores suscriptores y 22 por trimestre. Fuera de la capital y en las demás provincias 11 reales al mes y 30 por tres meses franco de porte."
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PUNTOS DE SUSCRIPCIÓN
Madrid.- Redacción del Huracán.
Barcelona.- Pablo Caces.
Valencia.-  Mariana.
Vinaroz.---------
Huesca.- Viuda de Esperanza.
Barbastro.- Lafita.
Albarracín.- D. Guillermo Masfaruey.
Aliaga.- D. Pedro Benedicto.
Mora.- D. Joaquín Terrer.
Calamocha.- D. Pedro Navarro
Castellote.- D. Joaquín Molés.
Valderrobres.- D. Domingo Fox.
Hijar.- D. Juan Antonio Millán.
Montalbán.- D. Ramón Peguero.
Alcañiz.- D. Enrique Vélez.
Cariñena.- D. Ramón Pérez.
Zaragoza.- D. Ramón león y D. Roque Gallifa.
Imprenta de Zarzoso
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