Tiene gracia que los naturalista, hasta la Edad Moderna, no
descubrieran que los higos son una inflorescencia. Sin embargo, sí que se han
prodigado los chascarrillos sobre la naturaleza de las plantas y de sus frutos.
Cuentan que, Jesucristo, al entrar en Jerusalén el Domingo de Ramos pasó por
debajo de una higuera y comió un higo. Preguntole
al fariseo que estaba subido en una rama, como se llamaba ese árbol, díjole que
higuera y respondió Jesús al advertir la dulzura del fruto: ¡¡PUES, QUÉ DÉ DOS
COSECHAS AL AÑO !!
Será don Mariano Lagasca (1776-1839) quien advierta que las
plantas evolucionan por hibridación. Y será un ruso, Vovilov (1887-1943), quien
emita la teoría (tras conocer la Ceres de Lagasca en el Real Jardín Botánico de Madrid) de Las
Series Homólogas en la Variación. Tiene sentido, pues, que Iósif Stalin citara a Lagasca en un discurso.
Comenzó en el neolítico. Se le ha llamado la REVOLUCIÓN
NEOLÍTICA. Su influencia ha sido tal que hoy día se lucha por modificar el
sustrato sociocultural creado en todas
las sociedades humanas a través de los tiempos. Todo comenzó con una cosa
aparentemente tan inocua como la agricultura. Arraigó en los valles y deltas de
los ríos. Allí donde el suelo se fertilizaba con las inundaciones. Se estaba
bien y no tenía, como el pastor, que migrar (trashumar) buscando la lluvia y los pastos. El
agricultor se hizo sedentario y se construyó una casa junto a los campos,
crecieron las casas hasta formarse poblados y ciudades. Con los excedentes
agrarios (impuestos) se creó la pirámide poblacional con sus clases sociales,
en la cima estaba el rey el sátrapa o el faraón. Las clases sociales elevadas tienen
tiempo para pensar y evocar a sus antepasados a los que dotan de cualidades
extraordinarias. De esta forma aparecen los ancestros a los que llaman dioses
/diosas y cada uno posee cualidades y capacidades extraordinarias y otra potestades propias de la naturaleza
humana. El dios del fuego, el dios de la agricultura, el de la lluvia, el de la artesanía….
Han nacido las religiones. Ligada también a la agricultura nace la propiedad
privada y para delimitar sus campo crean la geometría, las matemáticas… la escritura.
Cuando el hombre muere debe dejar sus tierras a un heredero, pero.. ¿a qué
heredero y quién es el heredero…? fruto de esa necesidad de identificar lo
propio nace la monogamia que ahora llamamos familia. Hay una rama, una casa, que
será la que trasmita la estirpe y la que hereda los bienes del padre. Esta
forma nueva de vivir, de cultivar y de relacionarse de forma permanente en un
lugar fijo hace que la gente construya artefactos y mentefactos (cultura). Como la revolución neolítica
triunfa en las zonas templadas del planeta con sus cuatro estaciones debe
guardar alimentos para el invierno. Esto da lugar a la cerámica (tierra cocida).
Es sorprendente la cantidad de fragmentos de cerámica, que aparecen en todos
los poblados de esta época. La cerámica aparece y se desarrolla muy rápidamente
y, también, la decoración de la misma. De tal forma que hoy encontramos piezas
de cerámica cuya técnica de fabricación de decoración y de cocción no ha
variado desde el neolítico.
La AGRICULTURA, la RELIGIÓN, la FAMILIA, la PROPIEDAD
PRIVADA, el DERECHO, las CLASES SOCIALES, la ESCRITURA, las MATEMÁTICAS, la
ARTESANÍA (cerámica, arados, espadas, etc.), las SOCIEDADES URBANAS, nacen en
el NEOLÍTICO.