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jueves, 7 de noviembre de 2013

Noviembre2013/Miscelánea. LA LEYENDA DE VILLEL ( POR SALVADOR GISBERT)

LA LEYENDA DE VILLEL
(Publicada en el Heraldo de Teruel,  año 1896. Órgano del Ateneo Turolense)
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Refieren las historias, que mientras los nassaríes de Aragón (maldígalos Alláh), con sus crecientes triunfos, tomando la roja Alhambra y corriéndose río abajo, habían empezado a fortificarse sobre el cerro o muela que antes había sustentado la vieja Turba o Turulia; Seti-Mahomat, Sahid Ull-medina o gobernador del castillo y villa de Villel, atendiendo solícito a la defensa y seguridad de sus vasallos, y al castigo de los enemigos de Alláh, (que sea siempre ensalzado), por cuantos medios estaban a su alcance, reunió sus huestes y acompañado de su arraez (capitán) y del Katib (secretario), subía todos los días y noches a combatir a los cristianos, y con talas, arrebatos, zalagardas y sorpresas, llegaba hasta las empalizadas de los mismos muros que aquellos edificaban, destruyendo gran parte de ellos y matando a muchos de sus alarifes y soldados, con lo cual evitaba en parte, el que pudieran fortificarse con la prontitud y seguridad que ellos deseaban.
Pero Alláh, el único, el excelso, había dispuesto que, por más que Seti-Mahomat hiciese, los cristianos habían de hollar, con sus impuras plantas, la tierra propiedad de los creyentes, que, protegidos al fin por su Sultán o Rey, se afianzasen en la ciudad que habían edificado, que Teruel fuese creciendo con sus torres, templos y murallas, y que, siempre pujantes, fueran los odiados nassaríes  bajando al llano y huertas, quitando a los buenos muslimes las tierras y propiedades, y estableciéndose en Escondilla, En-bit, Alazzach y otras aldeas inmediatas; fundando torres, atalayas y escuchas que rodeasen a la fiel Villel, a la que sólo el valor y vigilancia de Seti-Mahomat, libró unos años más, de caer en su maldecido poder, y que fuese profanada por sus plantas.
Pero estaba escrito, y Alláh, que lo sabe todo, dispuso, que después de todos los pueblos comarcanos, cayese también Villel en poder de los servidores del Chananem y que As-tariel o el ángel de la muerte, se apoderase del alma de Seti-Mahomat, por la vil traición de un infame esclava (maldecida sea) que, hecha prisionera en una de sus correrías, turbó la paz de su existencia y apoderase de su espíritu, para precipitarlo en el abismo de perdición.
Y sucedió que aquella esclava que, con su voz seductora, la belleza de su semblante y el atractivo de sus miradas, había llenado de ardor el pecho del valiente Seti-Mahomat, fue un día visitada por un hermano que tenía, y que se había dejado hacer prisionero para poder así llegar a su presencia, y una vez conseguido esto, la persuadió a que hiciese traición a su amante y señor, para lograr así el perdón del Dios de los cristianos y el de sus padres.
Y la esclava (maldecida sea por Alláh) viniendo en los deseos de su hermano, después de lograr su rescate y darle grandes presentes, le envió a los suyos para que concertasen la vil traición que les había de hacer dueños de la envidiada Villel.
Diez años hacia que los cristianos se habían establecido en Teruel, y en ellos nada habían conseguido del indomable Seti-Mahomat, pero pocos días después de la salida del hermano de la esclava, al principiar la luna de Moharrán (13 de noviembre de 1181), habiéndose salido los buenos creyentes a celebrar la boda de uno de los principales arraez o capitanes de la villa, al cerro llamado de la horca, donde estaba establecido el raudha (cementerio), y habiéndose quedado sólo en el castillo Seti-Mahomat con su esclava llegada la hora de adhohar (medio día), cuando aquel descansaba en el maldecido regazo de ella, sacando esta una larga aguja de salmar, que llevaba prevenida, traspasó con ella la cabeza del confiado gobernador, introduciéndosela por los oídos, y le dejó exánime y en brazos del ángel de la muerte.
Consumado su crimen, salió la esclava a las almenas del castillo, e hizo señas con un pañuelo blanco a los cristianos, que estaban escondidos en las cuevas y cerros inmediatos, y estos, cual lobos hambrientos, se precipitaron a las puertas del castillo, penetraron en él, y enarbolaron su odiado estandarte.
Los confiados creyentes, que eran la mayoría de los habitantes de la villa, al ver tremolar aquella enseña en las murallas de su fortaleza, preparáronse para rescatarla, perola acometida de los idólatras (cristianos), mandados por Olim Pedriz (Martín Pérez), Señor del lugar de Escondilla, que los pasó a todos a cuchillo, hizo que la codiciada Villel quedase ya para siempre, en poder de los enemigos de Alláh.
Muertos los guerreros por las huestes cristianas, las inocentes palomas (mujeres) musulmanas, por no caer en la vergüenza de ser esclavas de los nassaríes, hecháronse el alharime (velo) por la cabeza, y precipitáronse en el río, en donde, acogidas por As-tariel, fueron llevadas delante del trono de Alláh (que sea siempre ensalzado), librándose así de la deshonra.
Y así se perdió la hermosa villa de Villel (casa de sombra), la de las verdes arboledas y jardines, y así pasó al poder de Olim Pedriz, a quien su Sultán hizo Señor de ella, reservándose para él el castillo, horno y molino, que tantos sudores  y fatigas habían costado a nuestros mayores.
¡ Alláh es omnipotente y sabio, y su misericordia es infinita…………………………………………
Años después, para honrar la memoria del valiente y desgraciado Seti-Mahomat, que Alláh tenga en su seno, y para recuerdo de esta lamentable pérdida, escarmiento de los creyentes y memoria de la vil traición de la esclava, escribo esto yo, hijo que soy del Katib (secretario) y servidor de aquel valiente gobernador.
Allem-Abit
Por la copia
Salvador Gisbert
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