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jueves, 30 de mayo de 2013

Mayo2013/Miscelánea. LA REVISTA DE "ONTEJAS", ¡QUÉ NO DE FORTANETE!

UNA REVISTA... ¿PARA FORTANETE?
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Si quisiéramos encostrar un a línea editorial, un argumentó informativo, una pequeña luz que nos llevara a vislumbrar la poca o mucha vida  que anida en este pueblo… desde luego, en esta ¿revista? no lo encontraríamos. La mancheta carece del contenido de tales publicaciones y asume, sin más contemplaciones, el juntar cosas y lanzarlas al público a través de lo mejor que tiene este “medio”, que quiere ser de comunicación: el papel.
Carlismo y ecología parecen ser los grandes argumentos de este número. Del carlismo habrá que hablar siempre en términos históricos, claro, pues dejó honda huella en estas tierras. Fue un movimiento contrarrevolucionario (trono y altar) que sumió a nuestra provincia en la pobreza y el atraso económico. Losa difícil de superar, desde entonces, y que sentenció de forma dramática la guerra de 1936. Por otra parte, si esta ecología que se propone, hoy, es de carácter coercitivo y limitante, el futuro no será nada halagüeño para la población.
Se destaca, en la página 38, unas jornadas realizadas en el pueblo sobre el tema: La Mujer y la IIª República”. Sin duda alguna, un lugar apropiadísimo para tal evento a la vista de las barbaridades que aquí hicieron los hombres y las mujeres milicianos/as republicanos/as. Recordaré lo ya publicado en este blog y que me contó mi madre, María Muñoz Ezpeleta, natural de Fortanete:
“Mi madre que nació en Fortanete y murió en el año 1967, me contaba lo que sucedió en su pueblo natal (Fortanete). La cosa fue así de sencilla, abrieron las puertas de la iglesia y sacaron todos los santos, altares, peanas, vírgenes, etc. etc., al medio de la plaza para prenderles fuego. Hicieron una gran hoguera con todo incluyendo ropas sagradas, cortinas… Como la cosa iba en tono festivo y aprovechando que el vecindario asistía atónito al “espectáculo”, una miliciana se vistió con los ropajes de la Virgen María y subida en una peana, la portaron cuatro milicianos, mientras que otros cantaban canciones sobre la virgen, que desde luego conocían bien. La improvisada procesión se dirigió hacia la hoguera del pueblo para inmolar a la virgen con los otros santos que ya ardían. Sin embargo, un poco antes de llegar al fuego, la mujer miliciana saltó con mucha agilidad de la peana y echo a correr bromeando entre la gente. ¡Qué lista es la Virgen! Comentaban los milicianos en tono jocoso. ¡Cómo se escapa del fuego! Además de otras blasfemias soeces, contra la imagen, que debo omitir.”
Resumiendo, la revista es manifiestamente mejorable y debe ayudar, tras su correspondiente y necesaria reorientación, a un mejor conocimiento general de la población, de su historia y a establecer propuestas para un desarrollo posible y una esperanza de futuro. La revista carece, en absoluto, de este segundo punto que señalamos.
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