DICHOS ARAGONESES
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“EN BOCA CERRADA NO ENTRAN MOSCAS”
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"Cerrad la boca, majestad, que las moscas de este reino son traviesas"
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Cuentan las gentes de Calatayud que en una ocasión pasó por esas tierras el emperador Carlos V en uno de sus muchos desplazamientos a Zaragoza y, como viera el campesino que el rey debido a su prognatismo llevaba la boca abierta le dijo: “Cerrad la boca, majestad, que las moscas de este reino son traviesas.”
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Sin embargo, cuentan en Teruel, que la cosa fue de diferente manera. Esto eran tres hijas que habían quedado huérfanas y habían sido criadas por la abuela. Las hijas eran muy bellas las tres, pero tenían un defecto, las tres eran tartamudas. Por más que intentó la abuela educarlas en los mejores colegios no pudo quitarles este defecto.
En una ocasión, y estando ya las hijas casaderas, fueron invitadas a una fiesta. Esta fiesta la daba uno de los jóvenes más ricos del lugar y también, en edad de casarse. Por esa razón y viendo la abuela que las nietas tenían posibilidades las aleccionó sobre la forma de conducirse en la fiesta.
Después del primer baile el anfitrión quedó prendado por una de las hermanas. Al finalizar la fiesta quiso anunciar a la joven que había elegido para ser su novia.
Al levantar las copas y brindar, una de ellas se rompió de improviso. Dijo entonces la hermana... ¡s´ha ro-ro-to! A lo que añadió la otra hermana...¡no-no im-por-por-ta! Al ver el desaguisado, la tercera hermana advirtió. Ya dijo la yaya que: “ni chucho ni cucho”... “que no hablemos mucho”. Y así acabó la fiesta. Por ello dicen que el dicho proviene de este suceso.