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viernes, 21 de abril de 2023

Abril2023/Miscelánea. LA PRENSA ESCRITA EN LA PROVINCIA DE TERUEL

Numerosa es la prensa escrita que aparece en nuestra provincia durante los siglos XIX y primer tercio del siglo XX, teniendo en cuenta el alto grado de analfabetismo existente (ahora medra el analfabeto funcional). Las causas son varia. Una de ellas es la aparición del constitucionalismo y de los partidos políticos (los Carlistas llevaban imprentas volantes al igual que Lister en La Batalla de Teruel). Otra, tan importante como la anterior, radica en la creencia de que el conocimiento (la ilustración/instrucción) nos haría más libres y nos enseñaría a sacudirnos el yugo de la opresión caciquil. Ramón J. Sender nos dibuja en sus novelas un carasol en el que un letrado (sastre, zapatero, alguacil...)  lee a un corro de analfabetos (mientras trabajan) la prensa afín a ellos. En el XIX es corriente ver el diario o periódico partidista. Un ejemplo de ello es El Centinela de Aragón de Pruneda y así un gran número de ellos.
Pero, la prensa escrita ha ido perdiendo peso conforme las páginas electrónicas y los audiovisuales han ido progresando y modernizando el país.
El caso de Teruel con relación a la prensa escrita es único en España. No hay iniciativa privada capaz de llevar adelante el proyecto de un diario, por su alto coste dada la baja densidad de población. Así que, se consensuó que sería un diario provincial sufragado por la Diputación Provincial de Teruel. Se trataba de continuar con un medio de comunicación que cohesionase la provincia.
La cosa (El DDT) ha tenido sus momentos y sus vicisitudes hasta que llegó el actual director que ha roto todo tipo de consensos, manipulando la información de manera escandalosa.
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Año 2023
La mala prensa de Teruel se llama:
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Pascual Fernández Baeza Viñales

Biografía

Fernández Baeza Viñales, Pascual. Ponferrada (León), 1798 – Madrid, 17.XII.1861. Jurista, político liberal y escritor.

Nacido en el Bierzo (León), del matrimonio formado por José Fernández Baeza (que fue tesorero de Rentas Provinciales) y Leocadia Viñales, cursa sus primeros estudios en Ponferrada y Monforte de Lemos y la carrera de Leyes en Valladolid, por cuya Universidad obtiene el título en 1819. Como profesional se inicia en su ciudad de origen, donde actúa de promotor fiscal entre 1821 y 1823. Sobreseído el expediente que le abrieron las autoridades absolutistas al final del Trienio Liberal, después de que el Ayuntamiento de Ponferrada se inhibiera de testificar en contra suya y de los demás vecinos liberales de la villa, Fernández Baeza aparece en Madrid, donde figura en los siguientes años veinte como miembro de la Academia (de juristas) de la Concepción. A partir de la muerte de Fernando VII, fue corregidor de Lugo en 1833 y auditor de Guerra en la Capitanía General de Galicia durante 1834 y 1835. En esta última fecha pasó a la Audiencia de Valladolid, donde ejerció como abogado y magistrado; de ésta a la de La Coruña, en septiembre de 1838, y, por fin, llegó a la Audiencia de Madrid para actuar como juez y fiscal antes de presidir dicho tribunal en los años cuarenta.

En la capital de España compatibilizó alguno de estos cargos con la representación parlamentaria. Accede al Congreso por primera vez tras las elecciones de febrero de 1836 (segunda legislatura del Estatuto Real), dentro de la candidatura progresista de León; formó parte de las Constituyentes de 1837 y volvió a salir reelegido en las elecciones de septiembre de 1837, pese a que los progresistas perdieron entonces la mayoría. Siempre por la provincia de León y en las filas progresistas, volvió al Congreso en 1841 y en las elecciones de marzo de 1843, que supusieron el comienzo del fin para Espartero. Tras la primera etapa de reacción moderada, Pascual Fernández Baeza obtuvo de nuevo el acta de diputado por el distrito de Ponferrada entre 1846 y 1852. Su opción política progresista de los primeros años, ahora se torna cada vez más templada: en 1853 accede por primera vez al Senado y en 1858, bajo gobierno de la Unión Liberal, es nombrado senador vitalicio.

Como parlamentario destacó sobre todo en los años treinta, con sus intervenciones en los debates en torno a las disposiciones desamortizadoras y a los primeros efectos no deseados de las mismas. El propio Fernández Baeza fue comprador de bienes nacionales y apoyó el proyecto de Mendizábal, pero estas circunstancias no le impidieron votar contra el Gobierno cuando éste pidió autorización a las Cortes (en 1837) para convertir en moneda la plata de las iglesias, al objeto de “atender los gastos de la guerra”; ni tampoco dejó de interpelar al ejecutivo sobre los episodios de ocultación y fraude de bienes, antes y durante la ocupación de los monasterios y conventos. Pero sus intervenciones más significativas tienen que ver con la redención y venta por el Estado de las rentas forales o enfitéuticas y de los censos. Una legislación que contribuyó decisivamente a redactar como parlamentario (mayo y junio de 1837) y en la que creía.

No en vano, el foro era la forma de tenencia y explotación de la tierra más extendida en el Bierzo, paisaje del que procedía Pascual Fernández Baeza y en cuyo dialecto escribió pequeños relatos, dando rienda suelta a la última vocación del jurista y político, la de escritor ocasional que colaboró con el Seminario Pintoresco.

Obras de ~: Oda que leyó en 24 de julio [...] en el acto de restablecerse, la Sociedad Económica de Amigos del País, Lugo, Imprenta de Pujol, 1843; Método práctico de sacar apuntes y formar extractos breves, claros y exactos de los procesos [...], Madrid, Imprenta del Boletín, 1843; Elegía a la muerte de Doña María del Carmen Riego, Ponferrada, Imprenta de Joaquín León Suárez, 1850; Colección de fábulas políticas y morales, Madrid, Imprenta de C. González Rubio, 1852; A Fabio: Epístola Satírica en que se describen los vicios políticos y morales de la Corte, Ponferrada, Imprenta Joaquín León Suárez, 1854; Nueva colección de las Fábulas políticas y morales, Madrid, Imprenta de M. Campo Redondo Huertas, 1858; Oraciones puestas en verso, Madrid, Rivadeneyra, 1859; A la quinta de Bregando propiedad del excelentísimo señor Don Apolinar Suárez de Deza, Imprenta Victoriano Hernando, 1860; Canto a la toma de Tetuán: dedicado al valiente ejército, y su producto en beneficio de los heridos en la campaña de África, Madrid, Rivadeneyra, 1860.

Fuentes y bibl.: Congreso de los Diputados, Serie Documentación Electoral, 12 n.º 25, 13 n.º 35, 15 n.º 1, 16 n.º 14, 19 n.º 14, 20 n.º 34, 21 n.º 41, 26 n.º 6, 28 n.º 25, 31 n.º 8.

M. J. García González, La desamortización de Mendizábal y Espartero en el Bierzo, León, Diputación Provincial, 1994; E. Aguado Cabezas, “El triunfo del liberalismo” y “El reinado de Isabel II”, La Historia de León, León, Universidad, 1999, págs. 163-206; La desamortización de Mendizábal y Espartero en la provincia de León (1836-1851), León, Universidad, 2002

Elena Aguado Cabezas

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