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domingo, 2 de octubre de 2011

Octubre2011/miscelánea. EL PUERTO DE SAGUNTO Y LAS PLAYAS DE CANET

EL PUERTO DE SAGUNTO
(La playa de Teruel)
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Estas playas de Sagunto y Canet d´en Berenguer, tan solicitadas hoy para el turismo, han estado durante muchos años abandonadas debido, fundamentalmente, a que la actividad minera en el Puerto de Sagunto las hacía poco atractivas para el ocio veraniego. Con el último episodio de esta inusitada historia, que no fue otro que la construcción del gran pantalán que puede verse en la foto inferior, el hundimiento del comercio del mineral del hierro y el cierre de la minas de Ojos Negros, las playas volvieron su cara amable hacia el turismo. El área de playas de Sagunto y Canet quedó libre del polvo del mineral y entonces, los valencianos, y también, los aragoneses, descubrieron unas playas prácticamente vírgenes que, poco a poco, han ido colonizando.
Todo empezó en 1901, año en que inaugura el ferrocarril Central de Aragón que uniría Calatayud con Sagunto. Ya lo señala Domingo Gascón y Gimbao cuando dice, los belgas vinieron a tender las vías de la forma más cómoda posible y a ello ayudaron algunos naturales del lugar. En efecto, el conde de la Florida cede “¿gratis?” sus terrenos de la huerta de Teruel para la instalación de la estación de tren: TERUEL. Esto que en principio parecía un gesto amable ocasionaría que el tren bajara de Cella hasta la huerta de Teruel y que después subiera hasta el Puerto Escandón.  Es decir de la cota 1.000  (números aproximados) se baja hasta los 800 metros y luego hay que subir hasta los 1.200 sobre el nivel del mar, cota en que se encuentra el Puerto Escandón. Este sobrecoste en el transporte hace que don Ramón de la Sota y Aburto planifique la construcción de un ferrocarril minero de 204 kilómetros de longitud y 1 metro de anchura que salva la huerta de Teruel, pasando por Los Baños. Sin este ferrocarril no hubiera sido posible la construcción del Puerto de Sagunto ni el negocio de la minería. El ingeniero Andoni Sarasola lo deja bien claro al comienzo de su  libro: “Don Ramón negocia con el ferrocarril Central de Aragón M.Z.A. (integrado ahora en Renfe) el transporte del mineral hasta el puerto de Valencia; pero “hombre sabio” de negocios capta que no era la solución ideal; por diferencia de un céntimo en tonelada rompe las negociaciones y programa la construcción de su propio ferrocarril; es severamente criticado por su paralelismo en la mayor parte del recorrido con el Central de Aragón. Aquí el ingeniero, el economista, el hombre de negocios defensor de la iniciativa privada debe descubrirse ante aquella sabia decisión, sin este ferrocarril no se hubiera puesto en explotación las minas, ni construido el Puerto de Sagunto, ni la fábrica siderúrgica  de Sagunto, de la que el ferrocarril fue el cordón umbilical de abastecimiento de minerales y calizas, e el puerto, la plataforma de salida a mercados nacionales e internacionales de los productos mineros y siderúrgicos.”
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