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miércoles, 20 de noviembre de 2024

Noviembre2024/Miscelánea. EL HORNO Y EL PAN EN LOS PUEBLOS DE TERUEL

El pan de pintera o pan de pueblo
(Fotografía de Horno Peñalba)
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EL PAN, EL PAN DE PINTERA

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Cuando yo era zagal, todo el pueblo iba al mismo horno que era del Concejo. El hornero, que arrendaba el horno municipal, cobraba en especie y también en dinero contante. Tras quemar el horno la noche anterior y la madrugada, había que ver cuándo el horno tenía la temperatura adecuada para cocer el pan. Después de cocer el pan se metían las pastas. Por esa razón lo primero que hacía el hornero era “Echar el Ver” (así se decía en mi pueblo). Metía unos panes y veía si el horno tenía la temperatura adecuada, como no había termómetro, a estos panes se llamaba: “Echar el Ver”, como ya hemos dicho. Luego, la cosa iba seguida y todo el mundo peleaba por meter cuanto antes sus panes, pues el horno iba perdiendo fuerza. Para distinguir cada familia su pan, se tenía una marca de hojalata con un dibujo específico, o con una señal particular. A este molde que formaba en el pan redondo una determinada corona de forma  diferenciadora se le llamaba y se le llama pintera, de pinta, que significa: marca o señal. Se dice, este crio tiene las pintas de su padre... Una vez cocido el pan se metían pastas, principalmente magdalenas/magalenas, pero también, roscas de Pascua, galletas, etc. En ocasiones se llevaba "un asado" o simplemente patatas para asar.

Los días de horno que solían ser cada quince (15) días, eran días de fiesta para los chicos. La noche anterior al día de horno, ya veíamos como la masa crecía en la cesta tapada con paños junto al fuego o en el amasador. Iba fermentando. Las madres nos mandaban a los chicos a por la levadura a casa de fulana o mengana.

El pan, alimento de los pueblos pobres, ha sido básico en la dieta de los españoles y particularmente en el área mediterránea, junto al vino y al aceite, que constituyen la triada mediterránea.

Durante el siglo XIX una de las desamortizaciones más importante, sino la que más, es la que se hizo a los municipios. En el diccionario Madoz hay una detallada muestra de todos los bienes que tenía el municipio, que sirvió de base para la desamortización municipal. El estado les quitó a los pueblos el horno (entre otras cosas) y el pueblo para recuperarlo tuvo que pagar. Cuando el horno pertenecía al clero se vendió al mejor postor. A los nobles nunca se les tocó ninguna propiedad.

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Pinchad aquí:

http://miscelaneaturolense.blogspot.com/2020/05/mayo2020miscelanea-el-horno-de-pan.html

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Noviembre2024/Miscelánea. A ELENA CASTILLO (ILUSTRADORA) QUE CON SUS DIBUJ0S PROMOCIONA TERUEL

LA CIUDAD CON EL CIELO MÁS AZUL
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TERUEL MODERNISTA
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UN AMOR DE LEYENDA
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POR EL PUENTE DE LA EQUIVOCACIÓN
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Noviembre2024/Miscelánea. LA VENGANZA CARLISTA DE TERUEL

Esquina plaza de la Marquesa con calle de San Miguel
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LA VENGANZA CARLISTA

Habían sido muchos años de humillación. A lo largo del siglo XIX los carlistas habían tratado en varias ocasiones en ocupar la ciudad de Teruel. Ésta, bien defendida y liberal, había resistido convirtiéndose en un emporio para los liberales y una vergüenza para los carlistas. Luego, los liberales ya envalentonados, en el año 1881 hicieron un monumento a “Los Héroes de la Libertad” en la plaza de la Marquesa cambiándole el nombre de Marquesa por el de plaza de la Libertad. Para conmemorar los hechos heroicos, los liberales hacían procesiones cívicas y los carlistas les increpaban desde las aceras de las calles. La tensión entre los dos bandos iba creciendo. Como los liberales eran una gran mayoría frente a los carlistas, no podían hacerles frente de una manera clara y contundente. Por esta razón planearon hacer una venganza a la vuelta de una de aquellas manifestaciones cívicas tan cotidianas entre los liberales. Así que, una anochecida, los carlistas se apostaron el las calles Ayora y Comunidad esperando la vuelta de un grupo de liberales que vivían en San Miguel. Y, en efecto, los liberales fueron sorprendidos cuando iban a tomas la calle de San Miguel, en el punto que hace esquina con la plaza de la Libertad (Marquesa). El enfrentamiento cogió por sorpresa a los liberales ya que los carlistas, embozados, salieron de las calles adyacentes (Ayora y Comunidad) unos les salieron de frente y otro grupo les atacó por retaguardia. A los gritos de auxilio de los liberales no acudió nadie, era noche cerrada y sin luces en la calle. El enfrentamiento fue rápido y el resultado de la encerrona, dos muertos por parte de los liberales y ningún herido carlista. Por esta circunstancia no se pudo determinar quienes habían sido los homicidas. Como recuerdo de estos hechos, en la esquina del palacio de la Marquesa se labraron en una piedra las dos figuras de las difuntos liberales. Tras La Batalla de Teruel, este gravado en piedra trataron de borrarlo (lijándolo) junto con el monumento a los liberales que campeaba en la plaza. El general Varela era un declarado carlista trató de borrar el recuerdo de los liberales. Sin embargo, la piedra, al restaurar el edificio, nos ha devuelto el rostro de uno de los dos liberales muertos a traición en este punto. Y, es que, si te fijas con atención, las piedras hablan. Y cuando hay homicidio, gritan... ¡asesinos!

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Piedra en la que todavía puede vislumbrarse el rostro de uno de los liberales aquí muerto
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martes, 19 de noviembre de 2024

Noviembre2024/Miscelánea. RETABLO MAYOR DE LA IGLESIA DE SAN PABLO EN MANCHONES

El retablo mayor está dedicado a San Pablo. Está tallado en madera de pino sin policromar y es obra de mediados del siglo XVIII. Abarca todo el arco de la cabecera en forma de medio punto y consta de basamento, cuerpo y ático. La arquitectura es de columnas compuestas adornadas con guirnaldas y los paños de rocalla. La estructura de la planta es convexa de curva interrumpida.

Izquierda: San Pedro, San Vicente, San Juan Bautista. En el centro: sobre el caballo, San Pablo. Derecha:  San Juan Evangelista, San Lorenzo y San Roque.

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En el centro aparece San Pablo cayéndose del caballo ante la aparición de Cristo. En los laterales se localizan las esculturas de San Pedro, San Vicente, San Juan Bautista, San Juan evangelista, San Lorenzo y San Roque.

 En el ático, la Asunción de la Virgen entre San Joaquín y Santa Ana y sobre él, el arcángel San Gabriel. 

En el centro del basamento tiene un sagrario policromado.

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Noviembre2024/Miscelánea. PLAZA DEL GENERAL VARELA / PLAZA DE SAN JUAN

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LAS ALTERACIONES DE TERUEL EN TIEMPOS DE FELIPE II

El duque de Segorbe por orden de Felipe II entró en la ciudad de Teruel el 13 de abril de 1571. Se instaló él y sus tropas en la posición más fortificada de la ciudad que era la que ocupaban los Sanjuanistas. Se trataba del Fuerte de San Redentor, de la iglesia de San Juan y del hospital. Tales lugares comprenden hoy la mayor parte de la plaza de San Juan y la glorieta de Galán y Castillo. Luego, los cabecillas de la revuelta fueron encarcelados por orden del duque "diciendo les avía de cortar las cavezas", según un cronista contemporáneo. Como medida de presión, también prohibió la salida de la villa a los vecinos o empezó a nombrar directamente los cargos municipales. Para finales de 1572, cuando se registró la muerte de Matías de Moncayo, la ciudad había quedado pacificada. A la plaza, a pesar de estar reconstruida completamente nueva tras La Batalla de Teruel, le va bien el nombre de plaza de San Juan, aunque por un tiempo tuviera el nombre de Varela.

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José Enrique Varela (1891-1951)

Laureado general africanista, participa en la sublevación militar defendiendo sus convicciones monárquicas y luchando contra la ideología falangista, lo que acabaría por relegarle de nuevo a Marruecos

Herido una decena de veces y con más de 40 medallas en su guerrera, José Enrique Varela Iglesias es uno de los generales más importantes con los que pudo contar Franco para ganar la Guerra Civil y para ganar la paz en los primeros años del franquismo. De extracción humilde, sus compañeros de la academia le llamaban despectivamente patatero, pero pronto destaca como un excelente y valeroso militar.

Carlista moderado, llega a ser ministro del Ejército en el primer Gobierno tras acabar la Guerra, puesto desde el que frena los planes de los falangistas más recalcitrantes de implicar a España en la Segunda Guerra Mundial del lado de los alemanes. Llega a ser, tras el Caudillo, el general más poderoso y colabora, a mediados de los años 40, en varios intentos de sustituir el régimen de Franco por la monarquía. Pero su sentido del deber y la obediencia le llevan a acatar las órdenes de su superior sin rechistar, acabando su vida militar allí donde la comenzó, en Marruecos.

Nacido en San Fernando, Cádiz, un 17 de abril de 1891, hijo de un sargento de Infantería de Marina, al poco de cumplir 18 años, entra como corneta en el Primer Regimiento de Infantería de Marina, el mismo cuerpo donde sirvió su padre. Allí hace carrera y méritos suficientes para poder ingresar en la Academia de Infantería de Toledo dentro del cupo reservado a los suboficiales. Tiene entonces 21 años, tres más que la mayoría de sus compañeros. En el verano de 1915 se licencia como segundo teniente, antigua denominación del rango de alférez, y es destinado a Marruecos, tierra donde hará su carrera y sus hazañas. Destinado en el Grupo de Regulares de Larache destaca en distintas operaciones militares que le permiten ir ascendiendo en el escalafón militar, recibiendo medalla tras medalla a costa de varias heridas y la muerte de muchos de sus hombres y aún más enemigos.

En 1921, todavía como teniente, gana su primera Cruz Laureada de San Fernando, la distinción más alta del Ejército español en tiempos de guerra. Seis meses después y tras una nueva acción contra los rebeldes marroquíes, obtiene la Laureada por segunda vez.

Era la primera ocasión en la Historia militar española que un hecho así ocurría. El propio rey Alfonso XIII se la impone personalmente en Sevilla el 10 de octubre de 1922. Con las condecoraciones viene el cargo de capitán.

Años más tarde, en 1925, participaría en el desembarco de Alhucemas, bajo las órdenes del general Sanjurjo y en la victoria final sobre los rifeños. Sale de la guerra como teniente coronel y apro­vecha su nueva situación para realizar cursos de aeronáutica y formar parte de un grupo de bombardeo con base en Melilla. Ascendido a coronel en 1929, se ve obligado a dejar la jefatura de sus regulares al haber alcanzado el mando superior. Inicia entonces un viaje por varios países europeos visitando diversas academias militares para am­pliar sus conocimientos sobre la Infantería moderna.

Al regresar a España en 1930, toma el mando del Regimiento de Infantería n°67 en la base naval de Cádiz donde permanece al llegar la República, Con motivo del golpe del general Sanjurjo en agosto de 1932, pierde el puesto y es encarcelado. Varela había participado en los preparativos de la asonada pen­sando en la instauración monárquica carlista de la mano del pretendiente a la corona española Alfonso Carlos de Borbón, Varela es recluido en el castillo de Santa Catalina, en San Fernando, y en febrero de 1933 es trasladado a la prisión de Guadalajara, saliendo de ella poco después. Aunque hasta 1935 no disfruta de una libertad total de movi­mientos, el coronel gaditano redacta la ordenanza del Requeté, la milicia carlis­ta, y recorre España con el seudónimo de Tío Pepe o Don Pepe para instruir militarmente a los carlistas. Varela tam­bién ingresa en la UME, la organización derechista de los militares. El Gobierno conservador de Alejandro Lerroux le rehabilita y le asciende a general de bri­gada en 1935. En las elecciones de febrero de 1936 sale elegido diputado por Granada por una candidatura de derechas pero pierde el escaño en una maniobra ilegal de las autoridades. Pero no por ello Varela deja de conspirar.

A comienzos de marzo, un militante de la CEDA, José Delgado, acoge en su casa de Madrid una reunión en la que participan varios generales como Fanjul, Goded y el propio Varela. En la misma, deciden levantarse en armas contra el nuevo Gobierno el 20 de abril, pero la intentona no cuenta con el apoyo de Franco, que les avisa de que aún no es el momento. El plan, conocido por la policía, no se concreta pero el general Varela es deportado a Cádiz y vuelto a recluir en el castillo de Santa Catalina. Sin embargo, permanece poco tiempo encerrado.

Iniciado el golpe en África el 17 de julio, el general Queipo de Llano manda desde Sevilla al general López Pinto, gobernador militar de Cádiz, liberar a José Enrique Varela, que se hace con el mando de la rebelión en una zona clave, asegurando el control del Estrecho y la llegada de las tropas africanas de Franco.

Durante las primeras semanas de la Guerra, el general gaditano dedica sus esfuerzos a controlar la zona occidental de Andalucía, haciendo incursiones en Málaga, Córdoba y Granada. En sep­tiembre releva al coronel Yagüe del mando de las columnas que avanzan hacia Madrid. Yagüe había criticado la estrategia militar de Franco, que desvió el avance sobre la capital para liberar el Alcázar de Toledo. El general Varela es quien oye del coronel Moscardó el conocido: "Sin novedad en el Alcázar". 

José Enrique Varela es el autor del plan de ataque sobre Madrid en noviembre de 1936. Fraca­sada esta primera ofensiva, cae herido el 24 de diciembre durante el intento de control de la carretera de La Coruña, siendo sustituido por el general Orgaz. En febrero de 1937, Varela, ya recuperado, tiene el mando de tres bri­gadas que participan en la Batalla del Jarama. Al no conseguir los objetivos militares exigidos por Franco, es desti­tuido del mando el 12 de marzo. Sin embargo, es ascendido a general de división dos meses después. Tras la caída del Frente del Norte, Franco reor­ganiza sus fuerzas creando el Cuerpo de Ejército de Castilla que encomienda a Varela. En julio, el general se apunta un gran triunfo al frenar la ofensiva republicana en Brunete. Meses después trasladaría sus hombres al escenario de Aragón, participando en las sucesi­vas batallas de Teruel, el Ebro y la ofensiva final sobre Cataluña. Al aca­bar la Guerra, y como bilaureado, es el responsable de imponer la misma medalla al general Francisco Franco durante el Desfile de la Victoria en la jor­nada del 19 de mayo de 1939 en Madrid. El Caudillo le nombra ministro del Ejército el 9 de agosto de 1939. En su nuevo cargo, se centra más en labo­res de reforma militar que en hacer polí­tica. Reinstaura las capitanías generales y decreta una serie de medidas de depu­ración que llevan a muchos combatien­tes republicanos a la cárcel. Varela apro­vecha el relativo remanso que le da el Ministerio tras años de gue­rrear para casarse el 31 de octu­bre de 1941 en Durango, Vizcaya, con la carlista Casilda de Ampuero y Gandarias, que fue dele­gada nacional de Frentes y Hos­pitales durante la Guerra Civil. Tres meses antes había sido ascendido a tenien­te general, lo máximo en el escalafón militar. Sobre él, sólo está el Genera­lísimo. José Enrique Varela cuenta en­tonces con 50 años.

Además de volcarse en la reestructu­ración del Ejército español, Varela sólo tiene otra preocupación: los falangis­tas, en especial Serrano Suñer, cuñado de Franco y ministro con muchos pode­res, demasiados para Varela. El conde­corado militar recela de la influencia que Falange y Serrano tienen en el Go­bierno. Como carlista tradicionalista, abomina de la ideología del Nuevo Es­tado que defienden los falangistas. Como monárquico, apuesta por la vuel­ta más pronto que tarde de la monar­quía rechazada por los camisas azules. Y como aliadófilo, hace lo imposible por evitar la entrada de España en la Segunda Guerra Mundial del lado de las potencias del Eje.

Uno de los ejemplos es la organización de la División Azul que se forma para enviar al Frente soviético para luchar contra los comunistas. Los falangistas quieren que sean voluntarios salidos de sus filas y, más importante, que sea mandada por uno de los suyos. Varela consigue que la expedición sea controlada por los milita­res. Pero el desprecio es mutuo. Muchas de las maniobras de Serrano Suñer van encaminadas a cortocicuitar el hilo direc­to que hay entre Franco y uno de sus más fieles generales.

La guerra interna tiene un desenlace inesperado en agosto de 1942. El 16 de ese mes tiene lugar una concentración carlista en la basílica de la Virgen de Begoña, en Vizcaya, presidida por el teniente general y ministro José Enrique Varela. A la salida del acto, y en medio de una gran confusión, un grupo de falangistas arroja varias bombas de mano causando algunos heridos. Varela considera el acto como un atentado contra su persona y contra el propio Ejército y pide al Caudillo que tome medidas contra los falangistas. Pero Franco, que no suspende sus vacaciones en Ferrol, actúa con su parsimonia habitual y, también como siempre, pone en marcha un delicado juego de compensaciones, El 3 de septiembre, Serrano Suñer es destituido como ministro, pero con él cae también el propio Varela, que es relevado por el general Carlos Asensio Cabanlllas. Aunque éste se niega a aceptar el cargo, como otros militares en solidaridad con Varela, finalmente lo asume cuando Franco le recuerda que no es un ofrecimiento sino una orden de su superior.

Cuando en 1943 las cosas empiezan a irle mal a los ejércitos de Hitler e Italia es invadida por los aliados, muchos piensan llegada la hora de reconducir el rumbo. Hay que limpiar el régimen de Franco de todo lo que le identifique con el fascismo e ir pensando en reinstaurar la monarquía, Varela es uno de los que así piensan.

El 8 de septiembre, la mayoría de los generales que combatieron con Franco en la Guerra Civil firman una carta que, entre otras cosas, dice: "Hace siete años y en el aeródromo de Salamanca os investimos de los poderes máximos en el Ejército y en el Estado (...). Quisiéramos que el acierto que entonces nos acompañó, no nos abandonara hoy al preguntar con lealtad, respeto y afecto a nuestro Generalísimo si no estima, como nosotros, llegado el momento de dotar a España de un régimen estatal, que él como nosotros añora (...). Parece llegada la ocasión de no demorar más el retorno a aquellos modos de gobierno genuinamente españoles que hicieron la grandeza de nuestra patria y de los que se desvió para imitar modos extranjeros". El destinatario de una misiva tan explosiva es Francisco Franco y el propio Varela la persona encargada de entregársela. Sin embargo, Franco volverá a actuar sin prisas ante el envite más serio que ha tenido que lidiar hasta ahora. Cita uno a uno a los signatarios del documento, les llama a capítulo y desactiva la intentona. Varela, que en su momento llegó a tener a sus órdenes 25 divisiones y 450.000 hombres, opta por la prudencia y se aleja de la política sin alzar la voz. 

El 5 de marzo de 1945, Franco le designa como nuevo Alto Comisario de España en Marruecos sustituyendo al general Orgaz. Varela, en una especie de retiro dorado, vuelve así a la tierra que le vio nacer como militar. Al año siguiente, aún quedan monárquicos que creen que su papel puede ser decisivo para el regreso de la monarquía. Al trasladarse el heredero a la corona Juan de Borbón a la cercana localidad portuguesa de Estoril, en el momento álgido del aislamiento del régimen, varios militares monárquicos animan a Varela a pronunciarse. Pero el siempre prudente José Varela escribe a un camarada: "El régimen actual vive más que de sus aciertos, de los errores y de la desunión de los monárquicos". 

El 24 de marzo de 1951, a pocos días de cumplir los 60 años, la leucemia acaba con su vida en Tánger. Desde allí es trasladado a Cádiz, siendo enterrado tres días después en su localidad natal, San Fernando. Franco le ascenderá a título póstumo a capitán general, nombrándole también marqués de Varela de San Fernando.

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Noviembre2024/Miscelánea. EL CÓDICE TUDELA CENSURADO EN FACEBOOK

El folio 75r del Códice Tudela es particularmente interesante porque muestra las costumbres judiciales de los Yope, un grupo indígena dentro del Imperio Azteca. Este folio ilustra un castigo severo para el adulterio: arrancar de un mordisco la nariz de los adúlteros. Este tipo de castigo no solo infligía dolor físico, sino que también marcaba al individuo de por vida, sirviendo como un recordatorio constante de su transgresión.

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Noviembre2024/Miscelánea. ¿QUÉ QUEDA DE LA ESPAÑA IMPERIAL EN NUESTRO ESCUDO?

ESPAÑA DE LOS REYES CATÓLICOS
Escudo de los Reyes Católicos
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Elementos exteriores al escudo: el águila Sanjuanista; el yugo, representa a la reina Ysabel; las flechas representan al rey Fernando. Timbrado el escudo, con corona real abierta.
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En la caja o escudo: Los reinos de Castilla, León, Aragón, Sicilia (Dos Sicilias) y Granada.
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ESPAÑA IMPERIAL
Elementos exteriores al escudo: timbrado con corona imperial; cruz de San Andrés; águila bicéfala; Toisón de Oro. Dos columnas de Hércules con el lema: PLUS - ULTRA. Sobre una columna la corona real y sobre la otra la corona imperial.
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En la caja o escudo: los reinos de España y posesiones del mediterráneo (cuarteles 1 y 4). Posesiones imperiales (cuarteles 2 y 3)
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ESPAÑA CONSTITUCIONAL

Escudo actual constitucional
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Elementos exteriores al escudo: timbrado con corona real cerrada. De la época imperial se conserva: columnas de Hércules con dos coronas una real y otra imperial y, cartela con el lema: PLUS - ULTRA
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En la caja o escudo: los cinco reinos de España y en el centro, escusón con tres flores de lis (lirio), símbolo de la monarquía reinante.
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Noviembre2024/Miscelánea. LA FARMACIA DE LAS CUATRO ESQUINAS (DE MARIANO GIMÉNEZ)

Es, posiblemente, una de las farmacias más "aparroquiadas" de Teruel. Es la farmacia de Mariano Giménez.
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Esta situada estratégicamente en las "cuatro esquinas" haciendo esquina entre las calles Ramón y Cajal (San Juan) y la calle del Laureado García Esteban (El Pozo).
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Titulares de la botica desde 1863
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Conservan la antigua botica.
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Noviembre2024/Miscelánea. ESE TREN QUE NO VA NI CARA EL AIRE.

La línea se va a cerra entre el 8 de enero y el 8 de octubre, en total 10 meses (según ADIF). Nosotros a la vista de como están trabajando, en Encinacorba, no nos creemos las previsiones. Es proverbial la dilatación en la ejecución de las obras por parte de ADIF. En esta ocasión las obras son más complicadas. Se trata de aumentar el galibo de los túneles rebajando la cota de las vías y, también de los puentes. Al mismo tiempo hay que poner la catenaria que en estos tramos está sin colocar. Para largo me lo fiais.
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En el cuadro se ve la longitud, el término municipal y la situación de los 10 túneles entre Caminreal y Zaragoza.
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Túnel número tres, entre Villarreal de Huerva y Encinacorba y en el que se produjo en hundimiento cuando se construyó. Crónica que puede encontrarse en el ABC de la época.
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lunes, 18 de noviembre de 2024

Noviembre2024/Miscelánea. LO QUE HAY QUE VER DE TERUEL (EL EDIFICIO DE FRANCISCO AZORÍN IZQUIERDO)

Este edificio de la calle de San Andrés fue diseñado en principio para carpintería y luego sería sede de Imprenta Perruca, por Francisco Azorín. Actualmente se encuentra en estado de ruina. Recientemente, Francisco Azorín, ha recibido un homenaje en México, lugar en que el exilio español realizó un trabajo impresionante. Fue miembro destacado del PSOE, pero aquí en Teruel, en su tierra, el partido (que sepamos) poco ha hecho por su figura, tan destacada y valorada. De él escribió en la Real Academia de la Historia el andorrano, Eloy Fernández Clemente.
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Francisco Azorín Izquierdo.
Monforte de Moyuela, 12 de septiembre de 1885.
México, 27 de diciembre de 1975.
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Plano de la casa modernista de San Andrés, 4, firmado en Málaga. Se indica en el ático: TELLER CARPINTERIA.
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La casa se construyó frente a la torre de San Andrés.
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REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA

Biografía

Azorín Izquierdo, Francisco. Monforte de Moyuela (Teruel), 1885 – México, 1975. Arquitecto, diputado socialista.

Tras cursar la carrera en Madrid, su primer trabajo fue como arquitecto municipal de Teruel en 1910; pasó luego a Málaga en 1912; Écija en 1912, y Córdoba, donde fue nombrado académico de número en la Academia de Ciencias y Artes de Córdoba; publicó una Terminología de arquitectura en cinco idiomas (1927) y adquirió algunas importantes fincas. Fue director técnico de las cooperativas de casas baratas de España en 1930 y diputado socialista a Cortes por Córdoba en 1931. Proyectó el edificio de El Socialista y la base del monumento de Emiliano Barral, de la cabeza de Pablo Iglesias. Fue jefe de obras de la Subsecretaría de Armamento en 1936, y durante la Guerra Civil fue delegado del Gobierno español ante la Conferencia Internacional del Trabajo (1937) y cónsul en Tarbes y Toulouse.

Al llegar a México en 1939 declaró: “Todos mis bienes han sido confiscados por disposición oficial, cuyo edicto poseo, del gobierno de Franco, y mi biblioteca de Córdoba quemada en auto de fe [...]. Por ser director del movimiento obrero y socialista, concejal y diputado por Córdoba, he sido detenido y procesado en cuantas ocasiones ha habido conmoción política en España”.

En el exilio pronto trabajó como ingeniero representante del Gobierno del estado de Puebla en la Reunión de Casas Económicas (1939). Fue profesor de la Universidad de Puebla; director y supervisor en la Compañía Techo Eterno Eureka y del Instituto del Seguro Social en 1942. En México construyó el monumento de los refugiados españoles a Lázaro Cárdenas y promovió la Cooperativa de Casas Baratas Pablo Iglesias.

Escritor muy personal e interesante, publicó obras de muy diversa índole. Además, fue un ilustre esperantista, durante muchos años presidente de la Asociación Mexicana de Esperantismo. Escribió un diccionario enciclopédico de esperanto en cinco idiomas (Ilustrita Vortaro de Esperanto); el libro en esperanto Adamo Kai Eva y, sobre 1962, Hacia la lengua norma mundial. (Divagaciones amenas de Filología Aplicada), un gran libro en el que pide para el Esperanto el Premio Nobel de la Paz. Ese manuscrito, de trescientos setenta y un folios, quedó inédito y está depositado por su familia en la Biblioteca Central de la Universidad de Zaragoza.

Obras de ~: Los problemas municipales de Córdoba, Córdoba, Imprenta Andalucía, 1919; Terminología de arquitectura en cinco idiomas, 1927; Universala Terminologio de la Arkitekturo, Madrid, Imprenta Chulilla y Ángel, 1932; El primer milagro de la Catedral Angelopolitana, Puebla (México), 1940; Gutierre de Cetina, México, Acle, 1945; Ilustrita Vortaro de Esperanto. Unua Volumo A-K, México, Editorial Stylo, 1955; Adamo kaj Eva, México, Editorial Stylo, 1956; Hacia la lengua norma mundial: Divagaciones amenas de Filología Aplicada (inéd.).

Bibl.: E. Fernández Clemente, Aragoneses en América: II, El Exilio, Zaragoza, Gobierno de Aragón, 2003; F. García Verdugo (ed.), Arquitectura, Urbanismo y Política en Córdoba (1914-1936)Córdoba, Universidad, Servicio de Publicaciones, 2005.

Eloy Fernández Clemente

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